El remedio era
el matrimonio
Hannah Latimer, frivola y muy hermosa, había dejado su vida sofisticada para trabajar en una ONG y demostrar que servia para algo. Sin embargo, cayó presa de un régimen autoritario e intolerante y su única forma de escapar fue el poderoso y arrogante principe Kamel.
Kamel, obligado a casarse con Hannah para evitar una guerra con el país vecino, tenia poca paciencia con esa princesa mimada, pero era su deber y no podía dejarlo a un lado. No había amor entre ellos, pero si tenia que haber un heredero
y habría pasión.