did-you-know? rent-now

Amazon no longer offers textbook rentals. We do!

did-you-know? rent-now

Amazon no longer offers textbook rentals. We do!

We're the #1 textbook rental company. Let us show you why.

9780061173202

El Codice 632

by
  • ISBN13:

    9780061173202

  • ISBN10:

    0061173207

  • Format: Paperback
  • Publisher: HarperCollins Publications
  • Purchase Benefits
  • Free Shipping Icon Free Shipping On Orders Over $35!
    Your order must be $35 or more to qualify for free economy shipping. Bulk sales, PO's, Marketplace items, eBooks and apparel do not qualify for this offer.
  • eCampus.com Logo Get Rewarded for Ordering Your Textbooks! Enroll Now
List Price: $13.99 Save up to $0.42
  • Buy New
    $13.57

    THIS IS A HARD-TO-FIND TITLE. WE ARE MAKING EVERY EFFORT TO OBTAIN THIS ITEM, BUT DO NOT GUARANTEE STOCK.

Supplemental Materials

What is included with this book?

Summary

Tomis Noronha, profesor de historia de la Universidad Nova de Lisboa y experto en criptoanilisis y en lenguas antiguas, ha sido contratado para completar las investigaciones de un viejo historiador que recientemente ha fallecido. Entre los papeles del difunto, Tomis hallari un enigmitico mensaje que parece ser la clave de esos estudios y que, segun el desaparecido acad?mico, pueden hacer cambiar el rumbo de la historia contada: Moloc Ninundia Omastoos Asi, Noronha iri adentrindose en un misterio que se complica progresivamente y que lo conduciri a trav?s de varios paises y continentes tras la pista del secreto mejor guardado y silenciado de la ?poca del descubrimiento de Am?rica: la verdadera identidad de Cristobal Colon. Con una prosa fluida y una trama que atrapa desde la primera pigina, Jos? Rodrigues dos Santos nos conduce por un rocambolesco laberinto de pistas que embarcan al lector en una aventura llena de enigmas y secretos encubiertos; una historia donde confluyen la imaginacion, el rigor historico, el mito y la leyenda; una historia repleta de falsas apariencias y de hechos silenciados que pretenden esconder la ultima verdad. Basado en documentos historicos reales, El Codice 632 nos demuestra que la historia oficial se construye a partir de hechos provisionalmente verdaderos y que tal vez tras el anilisis y la investigacion se descubran como definitivamente falsos.

Supplemental Materials

What is included with this book?

The New copy of this book will include any supplemental materials advertised. Please check the title of the book to determine if it should include any access cards, study guides, lab manuals, CDs, etc.

The Used, Rental and eBook copies of this book are not guaranteed to include any supplemental materials. Typically, only the book itself is included. This is true even if the title states it includes any access cards, study guides, lab manuals, CDs, etc.

Excerpts

El Codice 632
Una novela sobre la identidad secreta de Cristóbal Colón

Capítulo Uno

—¿Qué? ¿Quieres otra vez tostadas con mantequilla?

—Quero.

—¿Otra vez?

Tomás suspiró pesadamente. Fastidiado, clavó la mirada en su hija, con actitud de reprobación, como si la estuviese invitando a cambiar de idea. Pero la niña asintió con un movimiento de cabeza, ignorando olímpicamente la irritación de su padre.

—Quero.

Constança miró con reproche a su marido.

—Oye, Tomás, déjala que coma lo que quiera.

—Pero es que siempre es lo mismo, me tiene harto. Siempre tostadas con mantequilla, tostadas con mantequilla, todos los días—protestó enfatizando la palabra «todos». Puso una mueca de asco—. Ya no aguanto su olor, me da náuseas.

—Pero ella es así, ¿qué quieres?

—Lo sé—farfulló Tomás—. Pero al menos podría intentar cambiar, ¿no?—Después añadió, alzando el índice derecho—: Por lo menos una vez en la vida. Una. No pido más. Sólo una.

Se hizo el silencio.

—Quero totadas con mantequilla—murmuró la hija, imperturbable.

Constança salió de la cocina, cogió de la bolsa dos rebanadas de pan de molde sin corteza y las colocó en la parrilla de la tostadora.

—Ya va, Margarida. Mamá ya te va a dar las tostadas, hija mía.

El marido se recostó en la silla y suspiró con desaliento.

—Además, come más que un sabañón.—Hizo un gesto de fastidio con la cabeza—. Mírala, mira cómo se pringa toda la comilona. Hasta babea mirando la tostada.

—Ella es así.

—Pero no puede ser—exclamó Tomás, meneando la cabeza—. Acabará con nuestro presupuesto comiendo de esa manera. No ganamos lo suficiente.

La madre calentó la leche en el microondas, le añadió dos cucharadas de chocolate en polvo y dos cucharadas de azúcar, la revolvió y puso el vaso sobre la mesa. Instantes después, la tostadora hizo el tradicional clic, que anunciaba que las tostadas estaban listas. Constança las sacó de la tostadora, las untó con un poco de margarina y se las dio a su hija, que enseguida se las llevó a la boca con la parte de la margarina hacia abajo, como era habitual en ella.

—¡Ñam, qué madavilla!—gimió Margarida, saboreando las tostadas calientes. Cogió el vaso y bebió un poco más de chocolate con leche; cuando dejó el vaso, tenía un bigote de chocolate sobre los labios—. ¡Mubueno!

Padre e hija salieron del apartamento diez minutos después. La mañana había amanecido fría y ventosa: la brisa soplaba del norte, desagradable, y agitaba los chopos con un rumor intranquilo, nervioso; cubrían el automóvil gotas de agua, cristalinas y relucientes, y el asfalto se presentaba con pequeñas sábanas mojadas; parecía que había llovido, pero eran, finalmente, los vestigios del manto de humedad que había caído durante la noche, empañando cristales y depositándose aquí y allá, minúsculos lagos dispersos casi por toda la ciudad de Oeiras.

Tomás llevaba la cartera en una mano y aferraba con la otra los deditos de la niña. Margarida llevaba una falda clara de mahón y una chaqueta azul oscura, y cargaba con desenvoltura la mochila en su espalda. El padre abrió la puerta del pequeño Peugeot blanco, instaló a Margarida en el asiento trasero, acomodó la mochila y la cartera en el suelo del coche y se sentó al volante. Después, conectó la calefacción, dio marcha atrás y arrancó. Tenía prisa, la hija iba con retraso al colegio y a él no le quedaba otro remedio que superar los atascos matinales para ir a dar una clase a la facultad, en pleno centro de Lisboa.

En el primer semáforo, observó por el espejo retrovisor. En el asiento trasero, Margarida devoraba el mundo con sus grandes ojos negros, vivos y ávidos, contemplando a las personas cruzar las aceras y sumergirse en el nervioso bullicio de la vida. Tomás intentó verla como la vería un extraño, con esos ojos rasgados, el pelo fino y oscuro y ese aspecto de asiática regordeta. ¿La llamarían «subnormal»? Estaba seguro de que sí. ¿No era así, al fin y al cabo, como él antes los llamaba, cuando los veía en la calle o en el supermercado? «Subnormales; imbéciles; retrasados mentales.» Qué irónicas vueltas daba la vida.

Se acordaba, como si hubiese sido ayer, de aquella mañana primaveral, nueve años atrás, cuando llegó a la maternidad, efusivo y excitado, rebosante de alegría y entusiasmo, sabiendo que era padre y deseando ver a la hija que había nacido aquella madrugada. Se fue corriendo a la habitación con un ramo de madreselvas en la mano, abrazó a su mujer y besó a la niña recién nacida, la besó como a un tesoro, y se conmovió al verla así, encogida en la cuna, con las mejillas rosadas y el aire risueño, parecía un Buda minúsculo y soñoliento, tan sabia y tranquila.

No duró media hora ese momento de felicidad plena, trascendente, celestial. Al cabo de veinte minutos, entró la doctora en la habitación y, haciéndole una señal discreta, lo llamó a su despacho. Con aire taciturno, comenzó preguntándole si tenía antepasados asiáticos o con características especiales en los ojos; a Tomás no le gustó la conversación y, de modo seco y directo, le repuso que, si tenía algo que decirle, que se lo dijese. Fue entonces cuando la doctora le explicó que antiguamente se decía que determinado tipo de persona era mongólica, expresión caída en desuso y sustituida por la referencia al síndrome de Down o a la trisomía 21.

Fue como si le hubiese dado un puñetazo en el estómago. Se le abrió el suelo bajo los pies, el futuro se hundió en una tiniebla sin retorno. La madre reaccionó con un mutismo profundo, se quedó mucho tiempo sin querer hablar del tema, los planes para su hija se habían desmoronado con aquella terrible sentencia. Llegaron a vivir una semana de tenue esperanza, mientras el Instituto Ricardo Jorge efectuaba el cariotipo, la prueba genética que despejaría todas las dudas; pasaron esos días intentando convencerse de que había habido un error. Al fin y al cabo, a Tomás le parecía que la pequeña tenía expresiones de . . .

El Codice 632
Una novela sobre la identidad secreta de Cristóbal Colón
. Copyright © by Jose dos Santos. Reprinted by permission of HarperCollins Publishers, Inc. All rights reserved. Available now wherever books are sold.

Excerpted from El Codice 632: Una Novela Sobre la Identidad Secreta de Cristobal Colon by Jose Rodrigues Dos Santos
All rights reserved by the original copyright owners. Excerpts are provided for display purposes only and may not be reproduced, reprinted or distributed without the written permission of the publisher.

Rewards Program