Si quería algo más que un amante, tendría que domar a aquella bestia
en el dormitorio
La diseñadora de interiores Selene Winston estaba allí para arreglar una vieja mansión, no para meterse bajo las sábanas con su guapísimo jefe. Sin embargo, no podía dejar de soñar con el introvertido Adrien Morell, que poblaba todas sus fantasías.
Pronto se dio cuenta de que había quedado irremediablemente atrapada en el poder magnético de Adrien. Pero él no estaba dispuesto a salir de las sombras para estar con ella
a menos que lo convenciese.