Introducción | xv | ||||
1. Luche Contra las Enfermedades Cardiacas Ahora | 1 | (44) | |||
2. Del Mercado a las Comidas | 45 | (24) | |||
3. La Dieta de 10 Pasos para un Corazón Saludable | 69 | (17) | |||
4. Una Muestra de un Menú Saludable para el Corazón | 86 | (15) | |||
5. La Tabla Nutricional para un Corazón Saludable | 101 | (11) | |||
Abreviaturas y Simbolos | 112 | (3) | |||
Tablas | |||||
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La evidencia es contundente. Puede reducir drásticamente las probabilidades de padecer una enfermedad cardíaca mirando lo que sirve en su plato. Aun la gente que padece de una enfermedad cardíaca avanzada puede realmente evitar la necesidad de cirugía si sigue una dieta saludable para el corazón.
El doctor Dean Ornish condujo uno de los estudios más famosos en las décadas recientes con el cual documentó cómo una enfermedad cardíaca puede ser detenida o revertida a través de cambios en la alimentación, los cuales restringieron el consumo de grasas a menos de un 15 por ciento. Sus técnicas, que también combinan otras modificaciones del estilo de vida (por ejemplo, ejercicios y reducción del estrés) fueron ampliamente difundidas en publicaciones médicas. Una y otra vez los resultados fueron reproducidos por los científicos más renombrados.
Por lo tanto hay rigurosa evidencia científica (en efecto, más de cincuenta años) para respaldar el vínculo entre la dieta y las enfermedades cardíacas.
Los primeros estudios cometían el error de rebajar la ingesta de grasa diaria a la mitad del 30 por ciento que es lo recomendado actualmente por la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association). Debido a que estos primeros estudios mostraron una reducción drástica del riesgo cardíaco, los estadounidenses generaron un mito: Toda la grasa es mala. Y entonces nació otro mito: Todos los carbohidratos son buenos.
Hoy, sabemos que hay algunas grasas y algunos carbohidratos que son buenos para uno, y otros que son malos. Pero ¿cómo comenzaron estos mitos? Bueno, hace mucho tiempo algunos investigadores advirtieron la relación entre las dietas ricas en grasas que eran populares en el occidente y los altos índices de enfermedades coronarias. Si se bajan las grasas, supusieron razonablemente, se reducirán los riesgos de padecer enfermedades cardíacas. Lo cual es todo correcto y está bien—siempre y cuando lo que se elimine sea la grasa saturada, y que no se reemplace esa grasa saturada por simples carbohidratos. Cuando considera que la grasa saturada representa el 40 por ciento de toda la grasa consumida en los Estados Unidos, y ee entera de los efectos que provoca la grasa saturada en sus arterias, empieza a ver la lógica detrás del mantra la grasa es mala.
Sin embargo cuando mira la dieta mediterránea, la cual obtiene el 40 por ciento de sus calorías de la grasa y ha sido señalada realmente como una promotora de la salud cardíaca, empieza una educación sobre la grasa mucho más compleja y finalmente más satisfactoria. Las culturas del Mediterráneo han mostrado durante mucho tiempo, índices sorprendentemente bajos de enfermedades del corazón, a pesar de su amor por los vinos y del alto porcentaje de grasa que consumen.
¿Por qué?
El Doctor Walter C. Willett decidió repensar la Pirámide Alimentaria del Departamento de Alimentos y Agricultura de los Estados Unidos (USDA por U.S. Department of Food and Agriculture), a la cual le faltó distinguir entre carbohidratos integrales saludables y carbohidratos refinados; y entre las grasas saludables y las nocivas. Él tomó lo que ahora sabemos sobre la dieta mediterránea—que contiene grandes cantidades de aceite de oliva (la fuente número uno de grasa monoinsaturadas saludable para el corazón), pescado (una gran fuente de los ácidos grasos omega-3 que protegen al corazón) y vino (el cual si se bebe con moderación es bueno para el colesterol)—y lo combinó con la investigación actual. Los resultados, publicados en Scientific American en 2003, son revolucionarios y muy proféticos: la USDA ha actualizado su pirámide alimentaria para reflejar el actual conocimiento acerca de la interacción entre dieta y enfermedad.
La ciencia nos dice varias cosas:
Cuánta diferencia hace una dieta. Estudios complementarios, en los cuales los individuos comían de acuerdo a la nueva pirámide alimentaria, demostraron una reducción de las enfermedades cardíacas de un 30 por ciento entre mujeres y de un 40 por ciento entre hombres. ¿Y cuál es la mejor parte? En vez de concentrarse principalmente en qué no comer, o qué restringir, el modelo de Willett nos anima a llenar nuestros platos con una abundancia de alimentos que realmente benefician a nuestro corazón. Por esta razón el capítulo está estructurado alrededor de los alimentos que protegen (tales como las grasas correctas, los carbohidratos correctos, el tipo de fibra que es particularmente saludable, y las mejores vitaminas y minerales para la salud de su corazón) más que en los alimentos que dañan. Naturalmente, también aprenderá qué alimentos debería evitar, además de qué significa su perfil de colesterol, si está en riesgo de desarrollar presión arterial alta, etc.
Alimentos que Luchan Contra las Enfermedades Cardiacas
Excerpted from Alimentos Que Luchan Contra Las Enfermedades Cardiacas: Una Guia Nutricional para Mantener Sano el Corazon by Lynn Sonberg
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